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Crónica de la vacuna anti-COVID19 (23-05-21). ¿AstraZeneca, Pfizer o…nada, qué van a escoger los “semivacunados”?

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Estaba por  resolver el dilema de los  “semivacunados”, esto es,  personas que habían recibido la primera dosis de  AstraZeneca pero al ser  menores de 60 años seguían a la espera de la decisión de la Comisión de Salud Pública sobre qué hacer con la segunda dosis) . Así que, para deshacer el nudo gordiano el Ministerio de Sanidad y las comunidades han decidido esta cortarlo y permitir que cada vacunado elija completar su pauta con Pfizer-BioNTech o con AstraZeneca. En este artículo estudiamos los pros y contras de cada opción.

La “patata caliente”, para el ciudadano

Aunque  la opción del Gobierno es Pfizer (como se ha hecho, por ejemplo,  en Francia y Alemania) algunas autonomías defendieron seguir el consejo de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) y mantener la da AstraZeneca. Por eso, los “semivacunados” tienen la opción de ponérsela tras firmar un consentimiento informado, una propuesta que antes de salir adelante tenía que ser ratificada por el Comité de Bioética, que dio su visto bueno el pasado viernes 21 de mayo.

A la confusión que ha sufrido el ciudadano a lo largo de la pandemia (mascarillas sí o no,  veriedad de los toques de queda autonómicos, etc.)  se suma el que sea él el que deba tomar la decisión de cuál vacuna le resulta más apropiada. Si los que supuestamente saben, porque tienen los datos y el conocimiento científico, no se ponen de acuerdo, ¿cómo lo va a decidir el ciudadano medio? Vamos a  darles elementos de juicio para hacerlo.

  1. Opción 1: repetir con AstraZeneca.

Aunque la vacuna británica viene lastrada por meses de polémicas y desconfianza la EMA le dio luz verde porque sus datos de seguridad y de eficacia son muy buenos, así que los expertos no tienen ninguna duda de que Vaxzevria protege del covid y, en particular, evita los casos graves. La probabilidad de que un vacunado enferme es bajísima incluso para las vacunas que aparentemente tenían peores datos en los ensayos clínicos, y la mejor prueba es la inmunización masiva del Reino Unido, que ha empleado millones de dosis de AstraZeneca y que ahora tiene muy controlada la pandemia.

Ahora bien, en  cuanto a su eficacia,  existe un ensayo clínico publicado en marzo en ‘New England Journal of Medicine’ (NEJM) que mostraba una escasa protección frente a la variante sudafricana. No obstante, la penetración de esta variante en Europa es muy escasa y es probable que no llegue a ser un problema. En líneas generales, todas las vacunas protegen frente a todas las variantes, según ha asegurado hoy mismo la OMS.

La aparición de casos de trombosis graves fue la verdadera preocupación con esta vacuna y el motivo de su suspensión parcial para algunos tramos de edad. Sin embargo, la cuestión clave es si ocurre solo con las primeras dosis o si existe alguna posibilidad de que el primer pinchazo no nos provoque esa reacción y el segundo sí. Un informe de la MHRA (The Medicines and Healthcare Products Regulatory Agency, la agencia reguladora de medicamentos británica) del pasado 28 de abril hacía un recuento en el que, tras identificar un total de 242 casos, indicaba que solo seis de ellos se habían producido tras la segunda dosis. En definitiva, que el riesgo es muchísimo más bajo (aún más) la segunda vez. Por eso, no solo la EMA, sino también la Organización Mundial de la Salud (OMS) y 17 sociedades científicas españolas apuestan por una segunda dosis de AstraZeneca.

  1. Opción 2: Pfizer.

No cabe duda de que la vacuna desarrollada por estadounidenses y alemanes ofrece las máximas garantías de seguridad, sin efectos graves conocidos, y de protección frente a la enfermedad, tanto la eficacia medida por los estudios como la efectividad comprobada en la vida real llegan al 95 %. España ya ha recibido 17 millones de dosis y ha puesto casi 16 millones. De hecho, más de 6.660.000 personas han completado su pauta con Pfizer mientras tras que, sumando todas las demás (AstraZeneca, Moderna y Janssen), no llegan al millón de inmunizados. Sin embargo, la cuestión no es si Pfizer es una buena opción, sino la posibilidad de combinarla con Vaxzevria. Ahí estaba el problema por falta de ensayos clínicos previos.

Por eso, hace meses la Universidad de Oxford inició el estudio Com-COV para comparar cuatro opciones diferentes: dos dosis de AstraZeneca, dos de Pfizer, la primera de AstraZeneca y la segunda de Pfizer y viceversa. Aunque las conclusiones definitivas no se esperan hasta junio, la revista ‘The Lancet’ publicó hace unos días resultados preliminares que se centran en la reactogenicidad, es decir, las reacciones adversas. Ese artículo explica que la combinación de vacunas aumenta los casos de efectos secundarios, que llegan a triplicarse con respecto a la administración de la misma marca. No obstante, se trata de síntomas leves, como febrícula, dolores musculares o articulares y fatiga generalizada.

Por su parte, España decidió hacer su propio estudio al respecto (llamado  Combivacs), coordinado por el Instituto de Salud Carlos III, que se ha presentado esta semana ante los medios de comunicación. De menor duración y con menos participantes, su objetivo era analizar la seguridad y la inmunogenicidad, es decir, la respuesta del sistema inmunitario ante una segunda dosis de Pfizer tras haber recibido la primera de Vaxzevria. Curiosamente, al contrario que los británicos, esta investigación no encontró mayores efectos adversos en la combinación. Con respecto a la protección, el nivel de anticuerpos de quienes recibieron la segunda dosis de la vacuna de ARN se multiplicó por siete frente a los que solo tenían una dosis de AstraZeneca y se duplicaba con respecto a las dos dosis de esa vacuna, según explicaron los responsables de la investigación.

No obstante, este estudio ha recibido muchas críticas por su diseño y algunas comunidades autónomas, precisamente, se quejan de que el Ministerio de Sanidad se escude en una investigación cuya calidad científica es limitada para argumentar la decisión de optar por Pfizer, frente a la recomendación de la EMA y los datos de seguridad y protección de AstraZeneca. En particular, el consejero de Sanidad en funciones de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, argumentó que “no certifica la seguridad ni la eficacia, por cómo se ha planteado el propio estudio”.

  1. c) Opción3: no ponerse ninguna vacuna más.

En realidad, frente a la disyuntiva entre Pfizer y AstraZeneca, habría una tercera opción: quedarse con una sola dosis. Aunque en un principio una sola dosis produce una inmunización suficiente, según recuerdan las sociedades científicas, lo cierto es que esta protección podría declinar con el tiempo mucho más rápidamente que si tuviéramos dos. “No hay datos más allá de la duración de los anticuerpos, pero claramente dura menos y a menor nivel”, comenta López Hoyos. La propia EMA ha insistido en que quienes recibieron una primera dosis deben completar su inmunización con la segunda.

Así, pues, esta última opción no parece la más apropiada.

 

 

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