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Producción de Biogás y biometano. El camino desde el residuo hasta el recurso.

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En el marco de la sociedad actual, cada vez oímos más el concepto de economía circular, donde caminamos hacía una reutilización cada vez más amplia de los productos de los que disponemos, y también, de la menor generación de residuos, tanto en los procesos de producción industrial, como en el ámbito doméstico.

Dentro de este marco de sostenibilidad, cobra una importancia capital la generación energética. La UE lleva años trabajando en una hoja de ruta hacia la sostenibilidad, que permita evitar la degradación del medio ambiente y el cambio climático, con un horizonte en el año 2050, en el que se dejen de producir emisiones netas de gases de efecto invernadero. Derivado de este empeño por evitar la emisión de este tipo de gases contaminantes, se apoya, mediante subvenciones y proyectos de investigación, la generación de energías renovables. Si además, esta energía se produce a partir de residuos, los beneficios obtenidos son de un calado mucho mayor.

Los usos y aplicaciones de los proyectos de gas renovable son muy diversificados: inyección a red, aprovechamiento térmico, gasoductos virtuales, generación de electricidad, combustibles vehiculares, etc. Cualquier proyecto de gas renovable lleva asociada una importante componente medioambiental, donde se valorizan residuos muy heterogéneos y se producir la fuente de energía con mejor huella de carbono posible.

Además, han surgido nuevas normativas orientadas en este sentido, como es la próxima Directiva 2018/2001/CE (que los estados miembros deberían transponer antes del 30/06/2021) que entre otras obligaciones incluye:

  • El 32% del consumo final de las energías sean de origen renovable para el año 2030.
  • Exigirá un aumento anual del 1,3% para les energías renovables en la calefacción
  • Exigirá que el 14% de energías en el sector del transporte sea renovables para el año 2030
  • Objetivo secundario del 3,5% para combustibles avanzados y biogás.

 

En la práctica, esto supone que haya una monetización real del biometano generado, ya que las empresas gasistas, tienen la obligación de ofrecer un 31% de su producto como energías de origen renovable, lo que lleva a que estén dispuestas a pagar un precio por este biometano superior al precio del gas natural. Y es precisamente en este punto, donde diversas empresas que generan un volumen de residuos importante han visto una posible línea de negocio adicional a su negocio tradicional, vendiendo el biometano generado en la digestión anaerobia de los residuos.

Gracias al estudio de los procesos químicos de degradación de sustancias orgánicas, es posible llevar a cabo este tipo de proyectos de aprovechamiento energético de residuos. Una planta de biogás es, sencillamente, un digestor en dónde un cultivo bacteriano descompone la materia orgánica suministrada en ausencia de oxígeno (anoxia), generando los gases que más tarde podrán purificarse para convertirse en biometano apto para su consumo.

Agustín Corral Silvestre

Licenciado en Química, Tratamiento de Aguas Residuales

Colegiado 2646V

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