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CRÓNICA DE LA VACUNA ANTI COVID-19 (28-02-21). EL PROBLEMÁTICO “PASAPORTE DE VACUNACIÓN”.

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Que los estados miembros del Unión Europea emitieran certificados de vacunación no tendría nada de particular si se limitaran al ámbito médico. Pero generar  un pasaporte que permitiese el libre movimiento dentro de la UE  a unos ciudadanos y a otros no,  daría pie a problemas ético-jurídicos que serían de muy difícil resolución. En este artículo repasamos el estado de la cuestión.

 

El concepto. Los problemas técnico-jurídicos.

Los pasaportes de vacunación, en esencia, son documentos que poseerán las personas que ya han recibido las dosis de las vacunas necesarias para demostrar que están inmunizados frente al coronavirus.

Las dudas asociadas a este documento no son solo jurídicas, también científicas. El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) no se muestra, por el momento, partidario por las «insuficientes evidencias sobre la eficacia de las vacunas en la reducción de la transmisión» del virus. Sin embargo, el ECDC matizó que «apoya los certificados de vacunación» que documenten quién ha sido inmunizado, cuándo y con qué vacuna, pero exclusivamente con «fines médicos», como una manera exclusivamente estadística de ver cómo se desarrolla la vacunación.

Los expertos de Sanidad coinciden con el parecer de la ECDC y añaden que no hay estudios concluyentes sobre el porcentaje de «reinfección» y que un pasaporte de este tipo que da «falsa seguridad» no puede en ningún caso ser «eximente» de cuarentenas.

La Organización Mundial de Salud suma a las reticencias legales y sanitarias las éticas. La OMS ya ha alertado que, dado el desigual reparto de las vacunas en el mundo, el pasaporte de vacunas vetaría los movimientos a los centenares millones de personas que tardarán todavía mucho en acceder a la profilaxis.

 

Las posturas de los países de la Unión Europea

La primera que anunció el acuerdo fue la canciller alemana, Angela Merkel. “Todo el mundo está de acuerdo en que necesitamos un certificado de vacunación digital”, dijo la canciller al terminar la videoconferencia de los 27 jefes de gobierno de la UE.

Una vez acordado el principio, ahora la Comisión Europea tiene tres meses de tiempo para elaborar la base técnica para conseguir que un pasaporte digital de este tipo será operativo y común a todos los países de la Unión Europa. En principio, tendría que incluir tanto a los vacunados, a los que se hayan realizado una prueba PCR, y a los que sean inmunes por haber pasado la enfermedad y haber desarrollado anticuerpos.

Para tenerlo todo a punto para el verano, habrá que acelerar. “Los estados miembros tendrán que avanzar rápido con la aplicación si queremos tener este certificado para el verano. Más allá de acordar los principios y la tecnología, se debe asegurar un desarrollo rápido del sistema sanitario y del fronterizo”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que añadió que habrá que crear estándares comunes, como se hizo anteriormente con las aplicaciones del rastreo del

Otro elemento pendiente es que no se dispone aún de la confirmación científica de que una persona vacunada ya no transmite la covid. Sin embargo, Von der Leyen señaló que los datos recogidos en Israel, el país del mundo donde más porcentaje de población está vacunado, parecen indicar que las personas vacunadas no transmiten el virus.

Uno de los factores que ha añadido presión a los Veintisiete para tomar esta decisión ha sido el temor a no quedar suplantados por la iniciativa privada. Que no fueran Google y Apple, que ya tienen proyectos en marcha en este sentido, los que pusieran en marcha un pasaporte digital que acabara ganando terreno e imponiéndose. Para ello, mejor tomar la iniciativa para controlar el proceso.

Será en el consejo europeo de marzo, éste presencial, cuando se intentará consensuar la decisión política, establecer qué usos se le pueden dar al certificado de vacunación. Hay temores de que no sea un factor de discriminación, y también se quiere evitar que no se convierta en el único elemento que permita la movilidad.

Hasta ayer, las reticencias eran considerables en muchos países europeos, Francia especialmente, que señalaban el riesgo de discriminación como uno de los riesgos de poner en marcha estos pasaportes de vacunación.

 

Precedentes

Por ahora, solo Israel ha puesto en marcha ese ‘pasaporte verde’ que abre puertas a hoteles, centros comerciales o gimnasios al 32% de su ciudadanía que está ya completamente inmunizada.

Por otra parte, Reino Unido también analiza implantar un certificado internacional para viajar sin covid, aunque tampoco se conocen más detalles de esa iniciativa, que, explican desde el Ejecutivo, sería «más cercana» a la idea de España, que sobre todo está ligada a la promoción del turismo con vistas a este verano.

 

 

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